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Microbiota y autismo

¿Sabías que nuestro organismo tiene aproximadamente 10 veces más de bacterias, que de células? ¡Imagínate la influencia que tiene su composición y diversidad en nuestra salud!

Además, la mayoría de estas bacterias se albergan en el intestino, y seguramente habrás oído que “el intestino es el segundo cerebro”. Como consecuencia, la microbiota es de suma importancia para el neurodesarrollo y la cognición. En las siguientes líneas te explico el porqué.

Por lo menos la mitad de los niños con autismo sufren de síntomas gastrointestinales recurrentes, y en comparación con los niños neurotípicos la frecuencia de estos episodios es mayor, siendo los más reportados la diarrea y el estreñimiento (1), (2). Además, la severidad de los síntomas gastrointestinales está correlacionada con la severidad del autismo (3).

En primer lugar, en los estudios realizados, se ha observado que los niños con autismo poseen menos diversidad de microorganismos general, y unas proporciones diferentes entre diversos géneros. Por ejemplo, se ha descrito una disminución del número de bacterias que degradan carbohidratos como las del género Prevotella y Corpococcus en comparación con los niños neurotípicos (4).

En segundo lugar, también se ha confirmado mediante varios estudios que la cantidad de microorganismo del género Candida spp en los niños con autismo es mayor comparado con los niños neurotípicos (5). Y también se constató una mejora de los síntomas del autismo tras el tratamiento con antufúgicos (8).

Otro de los problemas que se han descrito en pacientes TEA, es que presentan un aumento de la permeabilidad intestinal, es decir, la pared intestinal es excesivamente permeable a sustancias que no debería. De esta manera, algunos metabolitos de las bacterias intestinales, y algunos subproductos de la digestión que deberían ser eliminados por las heces, y que son especialmente neuroactivos, pasan hacia dentro de la circulación sanguínea y acaban afectando las funciones mentales de estas personas. En este estudio la permeabilidad se midió con el test de la lactulosa/manitol (6).

Por último, un estudio mostró que hay aumento de metabolitos bacterianos tanto en orina como en la circulación sistémica en los niños con autismo, reforzando la teoría del intestino permeable (7).

Todos estos estudios establecen teorías importantes sobre como los problemas gastrointestinales juegan un rol importante en los problemas de neurodesarrollo y la cognición. La evidencia científica de la relación directa entre las alteraciones del ecosistema intestinal y los trastornos de espectro del autismo es cada vez más sólida, y de aquí surge la gran importancia del tratamiento de la disbiosis intestinal como tratamiento de apoyo en TEA y demás problemas del neurodesarrollo.

En algunos estudios se han probado los tratamientos con probióticos, con antifúngicos, con antibióticos (vancomicina) e incluso los trasplantes de microbiota fecal, dando todos ellos resultados alentadores y prometedores en el tratamiento del autismo, pero aún se requiere mucha investigación para explicar de forma clara todas las relaciones entre intestino y cerebro.

Uno de los pilares fundamentales en mi abordaje del autismo y del TDAH, siempre es evaluar y tratar el estado del intestino. Primero se evalúa mediante analíticas que miden los parámetros tanto de disbiosis como de permeabilidad, y luego se realiza el tratamiento en base a esas analíticas.

En mis tratamientos para el neurodesarrollo, no hago trasplantes, ni uso antibióticos, ni medicamentos agresivos, simplemente con plantas medicinales, suplementos naturales, y algunos cambios alimentarios, consigo eliminar patógenos intestinales y reestablecer la microbiota intestinal, y también consigo disminuir la permeabilidad intestinal potenciando la regeneración del intestino. Y no menos importante, doy las pautas para que estos cambios se mantengan en el tiempo. Y así se consiguen mejoras notables tanto en el comportamiento como en la cognición de estos niños y adultos TEA.

REFERENCIAS:

  1. Holingue, C.; Newill, C.; Lee, L.C.; Pasricha, P.J.; Daniele Fallin, M. Gastrointestinal Symptoms in Autism Spectrum Disorder: A Review of the Literature on Ascertainment and Prevalence. Autism Res. 2017, 11, 24–36.
  2. Thulasi, V.; Steer, R.A.; Monteiro, I.M.; Ming, X. Overall Severities of Gastrointestinal Symptoms in Pediatric Outpatients with and without Autism Spectrum Disorder. Autism 2018
  3. Adams, J.B.; Johansen, L.J.; Powell, L.D.; Quig, D.; Rubin, R.A. Gastrointestinal Flora and Gastrointestinal Status in Children with Autism—Comparisons to Typical Children and Correlation with Autism Severity. BMC Gastroenterol. 2011, 11, 22
  4. Kang, D.W.; Park, J.G.; Ilhan, Z.E.; Wallstrom, G.; LaBaer, J.; Adams, J.B.; Krajmalnik-Brown, R. Reduced Incidence of Prevotella and Other Fermenters in Intestinal Microflora of Autistic Children. PLoS ONE 2013, 8, e68322.
  5. Kantarcioglu, A.S.; Kiraz, N.; Aydin, A. Microbiota-Gut-Brain axis: Yeast species isolated from stool samples of children with suspected or diagnosed autism spectrum disorders and in vitro susceptibility against nystatin and fluconazole. Mycopathologia 2016, 181, 1–7.
  6. De Magistris, L.; Familiari, V.; Pascotto, A.; Sapone, A.; Frolli, A.; Iardino, P.; Militerni, R. Alterations of the Intestinal Barrier in Patients with Autism Spectrum Disorders and in Their First-Degree Relatives. J. Pediatr. Gastroenterol. Nutr. 2010, 51, 418–424.
  7. Ming, X.; Stein, T.P.; Barnes, V.; Rhodes, N.; Guo, L. Metabolic Perturbance in Autism Spectrum Disorders: A Metabolomics Study. J. Proteome Res. 2012, 11, 5856–5862.
  8. William, S. Assessment of Antifungal Drug Therapy in Autism by Measurement of Suspected Microbial Metabolites in Urine with Gas Chromatography-Mass Spectrometry. Clin. Pract. Altern. Med. 2000, 1, 15–26.

Sandra Pitarch,

Farmacéutica, naturópata y posgrado en microbiota.

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David
9 meses atras

Buen artículo. Gracias.

Montse
Montse
6 meses atras

Muy interesante